En esta pandemia quedó claro que nos pilló desprevenidos, pues ni los gobiernos ni la gran mayoría de las empresas tenían preparados planes de contingencia. Las empresas han reaccionado en general con eficacia y han puesto en marcha rápidamente, donde ha sido posible, sistemas de teletrabajo que están funcionando satisfactoriamente. Esta forma de trabajo pensamos que ha llegado para quedarse, lo cual facilitará la conciliación familiar y como consecuencia aumentará la productividad de las empresas.

Los planes de contingencia, también llamados planes de continuidad de negocio, que reducen las pérdidas consecuenciales en los siniestros, son más efectivos y útiles que los planes de emergencia que reducen los daños materiales. Lamentablemente, solo un mínimo porcentaje de empresas los tienen establecidos e implantar un plan de contingencias en sus empresas debería ser un objetivo prioritario de los gerentes de riesgo.

Una pandemia es poco previsible, pero incendios, averías de maquinaria, explosiones… ocurren todos los días de ahí la importancia de los planes de contingencia en las empresas.