Las explosiones de gas son muy llamativas y tienen gran repercusión mediática, pero son muy poco frecuentes teniendo en cuenta la gran cantidad de instalaciones de gas que hay en los países occidentales.

Lo que pasó hace unos días en Madrid, una explosión de gas que causó el fallecimiento de varias personas y destrozó varias plantas de un inmueble fue debido, al ser una instalación de gas canalizado, a un escape importante de gas que formó una bolsa que alcanzó una concentración para explotar en un momento dado al producirse algún fenómeno que originó la explosión de la misma. Lo que llama la atención es que por el olor no se hubiese detectado antes el escape de gas y diese lugar a formarse una gran bolsa. También llama la atención las varias horas que tardaron los Bomberos en cortar el suministro del gas en la zona en los momentos posteriores a la explosión.

Estaba claro que no eran bombonas de butano, pues estas no producen esos destrozos a no ser que se concentren varias premeditadamente como ha pasado con intentos de suicidio que a veces han causado varios muertos.

Es fundamental el hacer un buen mantenimiento de las instalaciones. El reglamentario de una vez cada 5 años en el caso de bombonas de gas y cada 2 años en calderas de gas, nos parece insuficiente y se deberían hacer contratos de mantenimiento para revisiones anuales pues hay que revisar elementos que se deterioran con el tiempo como válvulas, reguladores, conexiones flexibles…

Estos contratos de mantenimiento se deberían firmar con empresas de reconocida solvencia y experiencia que dispongan de personal especializado.